Alfredo Sánchez-Rubio fue uno de los participantes de la última 1K, en 2023. Tras superar los 11 km y 600 m positivos de su recorrido, el corredor degustó sin mesura el sabroso momento de la meta en Panticosa.
Su gesto, henchido de satisfacción, no pasó desapercibido para el objetivo de nuestro polifacético speaker Chito. Tampoco para el selectivo ojo de nuestra diseñadora, Sara Rubio, que tuvo a bien proponerlo como imagen del cartel de nuestra próxima edición. “Su expresión reflejaba a la perfección todo lo que significa esta carrera: esfuerzo, valor, celebración… Todo en una expresión que parece querer mandar a tomar por saco todo el sufrimiento vivido, pero sabedor de que sin él nada de esto hubiera tenido sentido”.
La presidenta y los ministros -algún día tendremos que explicar más sobre esto- del Trail Valle de Tena aceptaron la propuesta y fue así como este veterano corredor, un tipo alejado del típico trail runner que suele salir en la prensa, pasó a convertirse en la cara de nuestra carrera para 2024.
“Soy abogado, tengo un despacho abierto al público y en el día a día no tengo esa pinta de vikingo que me dejé al final del verano, con el pelo mucho más largo y la barba mucho más desarreglada, pero me ha gustado mucho. La foto es sincera, refleja lo que yo en ese momento estaba sintiendo”, apunta el portador del dorsal 1388.
Disfrutando ya la cincuentena, Alfredo Sánchez-Rubio no es ningún neófito en esto de correr, tampoco de la montaña, aunque tal vez nunca había juntado estas dos facetas con tanta intensidad. “Encontré hace poco un diploma de mi primera media maratón, para San Jorge de 1982 (con menos de 10 años). De niño practicaba atletismo, lo que mejor se me daba era la velocidad y el mediofondo. Después, como no había pruebas populares de este tipo, fui ampliando distancias y así hasta que ahora -con bastante más edad, peso y las rodillas muy machacadas- me apunté a la 1K con unos amigos”, apunta este zaragozano amante del Pirineo, asiduo al Valle de Tena y a Panticosa.
A su debut en nuestra carrera acudió no solo con amigos, sino también motivado por sus hijos de 20 y 22 años. “Los valores y la forma de vida es algo que hay que contagiarles. Existen muchas cosas que no puedes controlar, pero si les consigues transmitir ese amor por la montaña y por el deporte has hecho mucho”, sostiene Alfredo, confesando que ambos llegaron “bastante antes que yo”.
“El deporte ha tenido distintos roles a lo largo de mi vida -continúa-. De pequeño te pones retos, quieres ganar a tus amigos o demostrar de lo que eres capaz. Después, ha sido una válvula de escape impresionante para el trabajo. Me sirve para ordenar ideas, para relajarme… Ahora, como padre, me ha valido también para trasladar esos valores a mis hijos. Puede sonar raro, pero al final los amigos que van haciendo son personas que participan de esos valores y nosotros estamos muy contentos por ello”.
Volviendo a su emocionante entrada en la meta de la 1K, Alfredo reconoce que “con mis condiciones actuales, me supuso mucho esfuerzo, cierta dureza, pero sobre todo me generó una gran satisfacción por haberla podido terminar”. Una emoción con la que también quiso homenajear a los dos jóvenes que fallecieron un día antes en el cercano barranco Gorgol, en un desgraciado accidente que tiñó de negro el fin de semana.