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Andrés Barceló, del equipo de seguridad del Trail Valle de Tena

Andrés Barceló: «El material obligatorio te puede salvar la vida»

Andrés Barceló es una de las personas clave de la organización del Trail Valle de Tena. Desde el centro de control de la carrera, que apenas abandona durante todo el fin de semana del evento, coordina la seguridad de los corredores.

Integrante de nuestro staff desde la primera edición y con gran experiencia en el mundo del rescate en montaña, nadie mejor que él para reflexionar sobre los aspectos relacionados con el bienestar de los participantes en el segundo de los #DirectosHaciaTena de la temporada. Transcribimos debajo del vídeo las ideas más destacadas.


Nosotros intentamos gestionar lo mejor que podemos las vicisitudes que van ocurriendo en las distintas pruebas. Desde la salida a los escobas, pasando por los participantes que se van retirando, las emergencias y la logística.

Igual que la carrera, hemos ido evolucionando, especialmente en el tema de comunicaciones, que es un tema complicado porque hay amplias zonas sin cobertura. Ahora tenemos conexión por radio -gracias a la infraestructura que monta Antonio Gros- en casi cualquier punto. Aprovechamos las emisoras de refugios, de ARAMON y montamos algunas antenas para tener comunicación directa con todos los puntos de control y con gran parte de los recorridos.

En el centro de control también está Jordi, que controla a los abridores, las salidas, el paso de los corredores, los retirados, los escobas, el cierre de los puestos… En muchos casos, los avisos de incidencias que nos llegan los podemos solventar directamente y cuando excede de nuestras posibilidades avisamos a los equipos de rescate. De ser necesario, son ellos quien hacen la evacuación, ya sea por medios terrestres o aéreos.

El perfil del participante del Trail Valle de Tena, especialmente en la 8K y la 4K, también ha evolucionado mucho. Al principio, mucha gente se llevaba la gran sorpresa porque no es una carrera que se desarrolle en un lugar demasiado cómodo para correr. Afortunadamente, en general ahora los corredores se apuntan sabiendo a lo que vienen y realizan una buena preparación. ¡Aunque eso no quita que puedan tener percances!

Nos ha pasado de todo. Desde recibir muchos avisos de golpes en la bajada del Garmo Negro, que debía estar resbaladiza, a días de mucho calor en los que el agua es clave. Sé lo que cuesta portear el agua, pero es una carrera en autosuficiencia, y las fuentes y los ríos pueden estar secos. Esa planificación de carrera hay que hacerla en el momento de la inscripción, para que no haya una sobreestimación de nuestras capacidades.

También hay que llevar el material de seguridad obligatorio, que no es capricho, sino que lo forman unos elementos que, sencillamente, nos pueden salvar la vida. La montaña es un entorno hostil y lo que es una simple caída o torcedura, con la poca ropa que llevamos, se puede convertir rápidamente en una hipotermia. El rescate se puede complicar por muchas circunstancias, como que la meteorología impide volar al helicóptero, y pueden hacerse muy largo. Así que dependerá de lo que hayamos metido en esa mochila, para vivir una mejor espera, dependiendo de ello incluso la supervivencia.

En ese sentido, es verdad que el corredor está muy concienciado y se preocupa de lo que le pasa al de delante y al de atrás. Lo que también nos pasa es que muchas veces el corredor no es consciente de su propia merma de capacidades. Por ejemplo, el año pasado retiramos a un participante después de que otro corredor, médico de profesión, y uno de nuestros enfermeros, comprobaron que no se encontraba bien -repasamos esta historia en el último de los #DirectosHaciaTena de 2022-. Seguramente así, nos evitamos todos problemas más importantes y chapó por todos aquellos que han parado por un momento su carrera para ayudar a los demás. Ya no es por el reglamento, sino por civismo y porque cualquiera podemos tener un problema en cualquier momento.

Respecto al Garmo Negro, los corredores suelen respetar las indicaciones de que es una zona para no ir deprisa. Además, hay un hilo reflectante para la niebla que impide acercarse a la zona del precipicio. Ahí hay que ir tranquilos y atentos, ya después habrán muchos kilómetros para correr. También son claves la subida al collado de Musales y la bajada del collado de Tebarray, que están protegidas con cuerdas de seguridad.

Para dar un aviso de incidencia, dependerá de la cobertura telefónica. Si la hay, todos los dorsales cuentan con el teléfono de emergencias apuntado. Si no, como decíamos, todos los puntos de control cuentan con conexión por radio. Se trata de llevar allí la información para activar y, si es necesario, activar el dispositivo de rescate. Para ello hay que decir el número de dorsal de la víctima, lo que le ha pasado (o hayamos visto) y dónde se encuentra. Esto es lo más importante y a veces nos ha dado problemas. Es importante quedarse en el lugar donde te van a ir a buscar, que sea un sitio visible y mejor en el mismo itinerario de la carrera, para que cualquier otro participante pueda auxiliarte si lo necesitas. En caso de que vengan en helicóptero, se puede marcar con una camiseta bien visible o hacer las señales internacionales para que nos identifiquen desde lo alto.

Hay que explicar que no podemos contar con el helicóptero como un recurso de la carrera. Aunque nos brindan un gran apoyo, los cuerpos de rescate del GREIM también están a cargo de otras emergencias que se puedan dar fuera de la carrera. La organización cuenta con equipos móviles de asistencia, con sus botiquines de emergencias y desfibrilador, y enfermeros en todos los refugios, además de las ambulancias y médicos contratados que están en los pueblos.